Tomado de Wikipedia:
El ataque que siguió al bombardeo lo llevaron a cabo neozelandeses, que incrédulos ante lo que veían sus ojos, comprobaron como los fallschirmjäger volvían a ocupar sus posiciones abriendo fuego con fusiles, ametralladoras y morteros contra ellos. El Hotel Excelsior fue uno de los lugares elegidos por los paracaidistas para resistir. Y finalmente, los neozelandeses, como antes norteamericanos, franceses, británicos e indios, tuvieron que retirarse y abandonar el pueblo. Durante nueve días y nueve noches, los paracaidistas diezmaron sies batallones neozelandeses, uno tras otro cada vez que pretendieron tomar la población.
El batallón de Gurkhas de la división, consiguió trepar hasta una colina detrás del pueblo y ya cerca de la abadía, la Colina del Verdugo y otro batallón indio alcanzó la Colina del Castillo, también próxima. Pero los fallschirmjäger consiguieron aislarles allí y causarles bajas poco a poco, haciendo la situación insostenible.
El día 23 de marzo, más de un mes después del inicio del asalto, el General Alexander ordenó abortar la ofensiva. Los Gurkhas y los indios aislados consiguieron retirarse de las colinas donde habían quedado aislados pero dejando un rastro de cadáveres en el camino.
En esta ofensiva, la artillería aliada empleó 600.000 proyectiles, para no conseguir absolutamente nada. Sólo entre la Colina del Castillo y la estación de Cassino, se contabilizaron 2000 muertos propios.
El General Alexander reconoció la talla de los paracaidistas alemanes enemigos con las siguientes palabras: "Es extraordinaria la tenacidad de estos paracaidistas alemanes. Estuvieron sometidos a toda la fuerza aérea del Mediterráneo bajo la mayor concentración de potencia de fuego que se ha visto jamás. Dudo que haya otras tropas en el mundo que hubiesen podido levantarse y seguir luchando con aquella ferocidad". Esto, con toda seguridad, incluía a sus propias tropas.